Luang Prabang, antigua capital de Laos

Etapa 6
Llegamos a Lunag Prabang por la tarde con el Barco Lento que baja por el Mekong desde Huay Xai.
Después de ducharnos y descansar un poco salimos a cenar. Estaba lloviendo muy fuerte,,, aunque hacía calor. Nos metimos en el primer restaurante que encontramos cerca de nuestra nueva Guest House. Comimos muy bien, aunque notamos que los precios ya habían cambiado a más del doble de lo que estábamos acostumbrados. Volvimos al hotel a descansar.


Por la mañana sobre las 5:00 h nos despertaron los monjes cantando y tocando tambores, además de los gallos y miles de ruidos más... vaya pesadilla.... teníamos la habitación muy cerca a un templo...
Desayunamos en la Guest House y salimos a pasear por la ciudad.
En Luang Prabang nos quedamos tres días completos.



Luang Prabang fue la primera capital de Laos y es patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Está rodeada a modo de península por los ríos Mekong y Nam Khan y a su alrededor tiene frondosas y verdes montañas. Luang Prabang está situada en el centro norte de Laos.


Es una ciudad muy viva y alegre. Parte de su arquitectura está formada por villas francesas restauradas y ahora convertidas en hoteles de lujo, su arquitectura en general tiene fuerte influencia francesa.


Parte de la influencia francesa que tuvo antiguamente se trasmitió también en la cocina local. 
Es una de las pocas ciudades asiáticas donde se pueden encontrar deliciosos cruasanes, baguette y creps que a veces pueden alegrar enormemente un desayuno.


Parece que toda la población local vive por y para el turismo que en los últimos años está aumentando exponencialmente. Hay que visitar esta ciudad antes que el turismo masivo la estropee sin remedio. En cualquier parte te ofrecen actividades de todo tipo, excursiones, paseos con elefantes, visitas guiadas, aventuras, cursos de todo tipo, etc...


Pasear por las calles de Luang Prabang es muy bonito. Las calles están limpias, ordenadas, la gente es muy amable, sonriente, puedes pasear a cualquier hora sin sensación de peligro.


Hay puestitos locales que venden fruta fresca, productos locales, creps con Nutella,,, Nutella de verdad!!! Hay un montón de cafeterías, con café laosiano muy rico, con batidos de fruta fresca... y restaurantes diseñados al gusto del turista. No son los típicos restaurantes asiáticos que antes de entrar te lo piensas...


Luang Prabang es famosa también por sus templos y monjes. Aquí están algunos de los templos más importantes de Laos. Aunque me parecieron diferentes a los que vimos en Chiang Mai. En los templos de Chiang Mai había una energía especial y te entraban ganas de quedarte a meditar, aquí no tuve la misma sensación.


Además, para entrar en casi todos los templos hay que pagar. Todo se está convirtiendo en un negocio. Y aunque en la mayoría te piden 1 o 2 euros para entrar esto se convierte en cansino... y cuando llegas a ver el teórico templo estrella de la ciudad, el Wat Xieng Thong, y te piden una entrada de 9€ allí sí que te enfadas y los mandas a la mierda...



Por las calles y alrededor de los templos se ven muchos monjes vestidos de naranja haciendo tranquilamente las actividades religiosas y de cuidado de los templos.



Una actividad típica de Luang Prabang es despertarse por la mañana a las 5:00 h para ir a ver a los monjes que salen de los templos y recorren las calles de la ciudad para recoger las ofrendas de comida, y a veces dinero que les dejan los creyentes y las colas de turistas... Esta también se está convirtiendo en un negocio. Ya hay muchos laosianos que se acercan a los turistas para venderle las ofrendas que luego darán a los monjes.



Como creo en casi todas las ciudades asiáticas, también en Luang Prabang hay varios mercados; diurno, nocturno y una zona que por la noche se convierte en un gran buffet de comida local muy barata.
Por la mañana hay un mercado muy autentico que montan por las callecitas centrales de la ciudad, está medio escondido, está cerca del río,,, y no hay que perdérselo.



En estas pequeña calles se puede ver el mercado local autentico, aquí compra la gente local, venden comida, verduras, carnes... es muy pintoresco... y después de ver como tratan a la carne se me pasaron las ganas de comerla... y ya casi no la comía... La fruta y la verdura en cambio estaba muy apetecible.



Luego está el mercado nocturno que abarca gran parte de las calles del centro a partir de las 18:00 h. 
Este mercado tenía mucha artesanía, pero la duda fue si fuera realmente artesanía local o la traían de Tailandia. 
Este mercado está montado casi exclusivamente para los turistas, y creo que cada vez hay más laosianos que esperan hacerse ricos vendiendo artesanía a los turistas. Aquí el regateo es la forma más común de vender y comprar. Por el momento el pueblo laosiano no quiere engañar a los extranjeros, tratan solo de sobrevivir.


Además del mercado nocturno, por la noche montan también un gran buffet de comida local por las callecitas del centro. El buffet vale 1€, y comes lo que quieres.... Es un lugar muy autentico, aunque el calor y la cantidad de gente que hay aquí no lo hacen el lugar más acogedor del mundo.

Otra forma de pasar el tiempo por la ciudad es hacer cursos de cocina laosiana, o darte masajes tradicionales laosianos. Nosotros fuimos a darnos un masaje, 90000 kips (9€) por 90 minutos de masaje. No se si el masaje me sacó todo el cansancio o se la chica que me lo dio me chupó toda la energía,,, pero, después de salir de allí estaba agotado. Probablemente tienen mucho trabajo, y al final del día estarán agotados.


En uno de los días de nuestra estancia en Luang Prabang fuimos a ver las cascadas de Tat Kuang Si. 
Están a unos 32 kilómetros de la ciudad. La excursión la contratamos en nuestra Guest House. Organizaron un grupo de 6 personas para que el transporte nos saliera más barato. Tuk-tuk 35000 Kips (3,5€) más entrada al parque natural 20000 Kips (2€), por persona.
Se tarda una hora en llegar a la cascada. Nosotros queríamos ir temprano para evitar la muchedumbre, pero por exigencia del grupo salimos a las 11:00 h y a las 12:00 h llegamos. Allí quedamos con el conductor del tuk-tuk en volver a encontrarnos a las 15:00 h para volver.


Habíamos comprado unos bocadillos para pasar el día, pero por nuestra sorpresa cuando llegamos a la entrada del parque nos encontramos con un gran mercadillo de puestos donde se vendía comida y artesanía. Cada vez estoy más convencido que los locales están intentados aprovecharse de los turistas lo más posible, y con precios fuera del mercado local. No estamos a nivel de Tailandia, pero seguro que en pocos años la cosa será muy parecida.


Antes de llegar a la zona de las cascadas y charcos hay que pasar por un pequeño zoo con osos rescatados del mercado furtivo. Es un mini zoo, pero me pareció muy triste, y los osos también parecían muy tristes.


Llegamos a los primeros charcos y la sensación fue muy rara... parecían estos charcos creados artificialmente para los grandes hoteles de lujo. El agua estaba azulada, había palmeras muy bonitas alrededor y en su interior. 
Nos apresuramos un poco en recorrer los charcos y cascaditas hacia arriba antes de la llegada de las hordas de turistas, principalmente chiquillos australianos, que contaminarían el encanto del lugar. 


Cerca de los charcos y de los riachuelos había zonas de mesas preparadas para picknick. El encanto de la naturaleza salvaje ya se perdió por completo... 


Llegamos a la gran cascada. Impresionante, muy bonita... una enorme cascada cayendo en el medio de la selva... pero ya había demasiada gente....


A la derecha de la cascada había un camino muy empinado que te llevaba a la cima de ella. 
Lo recorrimos, estábamos empapados por el calor, la fuerte humedad y los vapores de agua de la cascada... Llegamos a la cima para admirar a las vistas... me metí en el río para llegar a ver algo, pero la fuerte vegetación y la precariedad del lugar no permitieron ver mucho, eso si, me empapé de agua y fango por todas partes.


Bajamos,,, y cuando llegamos otra vez a la zona de los charcos el lugar se había convertido en un balneario, con centenares de chiquillos gritando y tirándose al agua...

Me bañe en una zona más apartada de la caoticidad del lugar, para lavarme un poco... a lo mejor estoy forzando demasiado la resistencia de mi cuerpo... El agua era muy agradable.
Luego almorzamos nuestros bocadillos y a las 15:00 volvimos al tuk-tuk para volver al hotel.


Después de tres hermosos días en Luang Prabang decidimos seguir con la ruta, nos hubiera gustado quedarnos un par de días más, pero el viaje tenía que seguir...


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